jueves, 22 de septiembre de 2011

De la vida y otros olvidos

Como que la gente muere en verdad cuando el último allegado deja de pensarlo...

Abono orgánico

Fui a la universidad para aprender a despreciarla, no cabe duda.  Me hice más culto, más frío, más plástico, en fin, menos humano.  Después de tan “altos” estudios recomendable es volver de vez en cuando a la charca originaria, es decir, a la selva primigenia de donde provenimos, para enlodar un poco nuestra recrecida vanidad y restablecernos en algo con la savia vital.

Cánido amor

El único amor puro que hay dicen que es el del perro:   mueve la cola loco por tí, lame tu mano, seas un magnate o un pordiosero.  Del otro lado, lado humano, de donde se propina la pintoresca patada, por fuerza el amor ha de ser impuro, malvado y tiránico.  Ergo, todo gran amor posee su contrapeso justificador.

De capital importancia

Si ves a un hombre ahogarse, no lo salves, enséñalo a nadar.

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