martes, 9 de agosto de 2011

Muerto en vida o viceversa

¿Grande?  Realmente te reconocen tu mérito al morir, cuando ya no molestas, viejo, en ese trabajo tuyo de reconstruir cielos.   Sólo echa un vistazo a la historia y sus ejemplos.  Te vas, te haces pequeño, te vuelves polvo, nada, hedor, pero empiezas a figurar en la conversaciones, en los periódicos, en las páginas de historia famosa, mejor si disecado en los recuerdos de una  opinión estrafalaria.  Mientras tanto, mientras respiras y trabajas quién sabe con qué uñas por cualquier nobleza de tu causa, no eres más que una pequeña y presuntuosa vanidad que se mueve y caga por aquí y por allá, muchas veces inquietando.  El pan y el brindis que en vida te hubiera caído de perlas, te lo colocan tus amigos y sociedad sobre la lápida.  El mundo sólo ve claro allá en la oscuridad y valora lo vivo sólo si está muerto.

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